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26 de enero de 2017

Un día de compras.

Foto del Año Nuevo del 2016


Fui al Barrio Chino (lugar que amo) y fui a hacer unas compras.
Normalmente voy a buscar pinceles, tienen muchos y a muy buen precio. También suelo ir a comer y a veces voy al templo Budista... en busca de un poco de paz.
En esta oportunidad compré muchas "chucherias" divertidas y algunas cosas que estaba buscando.
Empecemos con el muestrario.




Esto es en realidad un individual para la mesa. Pero lo compré con el propósito de enmarcarlo. 
Amo Marvel. Capitán America y Hulk son de mis favoritos. Me gustó este individual porque son los super héroes del cómic viejo. Y si observan, también esta Ant-Man y Punisher.




Una bandeja para desayuno con patas. Es para mi notebook (porque no es bueno ponerla sobre la colcha, porque se re-calienta mucho). De noche miro películas y series... Y necesito mi comodidad (je).
Había muchos diseños. Desde los clásicos diseños románticos con pinturas de costas bonitas, hasta collages de Marilyn Monroe y de muchas bandas de rock. También tenían de Frida. Pero elegí este, me gustó porque es como un graffiti.




Un sticker con el símbolo de Om y un imán para la heladera, con Buda.
El sticker era para mi notebook. Para personalizarla un poco mas. Me gusta lo dorado. Es una obseción que tengo desde que estudie a Gustav Klimt. Y creo que se ve muy bonito. 




Un collar/corbata para mi hijo gatuno, Alex. Había muchos modelos, pero el violeta es mi color. Le queda hermoso, le tengo que sacar una foto posando.




Pinceles. Esta vez no compre muchos, ya que en mi cumpleaños me regalaron un estuche con 12 pinceles hermosos. Compré los pinceles chinos, los que se usan con tina ya sea para escribir y pintar. Hace rato que los quería. Elegí de dos tamaños, quizás vuelva para comprar otro mas grande. 
El segundo pincel se me apareció y bueno, no puedo con mi alma. 




12 pomos de temperas y 12 pomos de óleos. Hace un tiempo que vengo estudiando (mediante tutoriales de YouTube) el arte de las acuarelas. Y este año me propuse atacar esa técnica y por eso busqué unas acuarelas un poco mas "profesionales" para empezar (tengo unas que eran de cuando iba a la primaria, que no son para nada malas).
Los óleos son un deseo. Es otra técnica que deseo profundizar y me pareció un buen precio (pagué por esa cajita lo que normalmente sale un pomo solo).
Tengo para trabajar.




Una goma de borrar. Tengo una parecida, pero que es mas chica y de un formato mas ovalado. Había visto este modelo hace unos años, pero estaba sin plata. Asi que, aproveche la oportunidad. Nunca estan de mas las gomas.




Que sería de Najash sin sus sahumerios! Amo poner uno antes de trabajar. Los aromas agradables no solo relajan, sino que inspiran.
El Sándalo es un CLÁSICO! Y me volví loca cuando encontré el de Café. Amo el café. Y estos son muy ricos porque son como un aroma a café recién tostado. Delicioso!




Un molde rectangular. El 2016 fue un año en el que me dedique un poco mas a la panadería/pastelería. Y me faltaba un molde asi, para hacer brownies. Y bueno, ahora tengo luz verde.



Y esas fueron las compras. Si fuera por mí, gastaría mas plata. Pero tengo que tener auto control.
En unos días es Año Nuevo y quizás vuelva y compre alguna cosa. Aunque lo dudo porque cada año va mas gente y se hace imposible hacer cualquier cosa.

Y me faltó un plus! Mi vincha de orjitas de gato!


Bessie Coleman, "Queen Bess".



Me encanta cuando Google hace sus homenajes porque en muchas veces nos enseñan cosas que se nos escapan. Personas que fueron importantes pero que hoy en día, casi ni se mencionan.

Como en el caso de hoy, yo no conocía la historia de Bessie Coleman. Ella fue la primer mujer afroamericana piloto de la historia.
Les dejo una pequeña biografía, para aprender un poco sobre ella.


Elizabeth “Bessie” Coleman nació el 26 de enero de 1892 en Atlanta, Texas, como la décima de los trece hijos de los granjeros George y Susan Coleman. Su padre tenía ascendencia cheroqui. Bessie comenzó la escuela a los seis años de edad, en un establecimiento para alumnos afroamericanos de una sola habitación; tenía que caminar casi seis kilómetros y medio cada día para llegar. Aunque a veces no tenía los útiles escolares básicos, como tiza y lápices, Bessie era una alumna excelente. Le encantaba leer y se destacaba en matemática, lo que la llevó a graduarse tras haber completado ocho años de educación escolar. Cada año, su rutina, que consistía en ir a la escuela, a la iglesia y ayudar en las tareas hogareñas, se interrumpía por la cosecha del algodón.
En 1901, la vida de Bessie dio un giro dramático: George Coleman abandonó a su familia, harto de las barreras raciales en Texas. Regresó a Oklahoma, en ese momento territorio aborigen, para mejorar su calidad de vida, pero Susan y los niños no lo acompañaron.
Cuando tenía doce años de edad, Bessie fue aceptada en la Iglesia Baptista Misionera. Cuando cumplió dieciocho años, reunió todos sus ahorros y se inscribió en la Universidad Colored Agricultural and Normal (en la actualidad llamada Universidad Langston) en Langston, Oklahoma. Completó un solo curso, ya que el dinero se le terminó muy pronto y debió regresar a su hogar. Bessie sabía que no tendría futuro en su pueblo natal, por lo que se mudó con dos de sus hermanos a Chicago, donde inició la búsqueda de un empleo.


Carrera
Chicago

En 1915, cuando tenía veintitrés años, Bessie se mudó con sus hermanos a Chicago, Illinois, donde trabajó en la peluquería White Sox como manicura. Allí, pasaba el tiempo escuchando a los pilotos que habían vuelto de la Primera Guerra Mundial, quienes relataban sus aventuras por el mundo durante la guerra. Con el tiempo, Bessie empezó a fantasear con la idea de ser piloto. Su hermano solía molestarla con la idea de que las francesas eran mejores que las afroamericanas porque las primeras ya eran pilotos; ella, en cambio, no podría ser admitida en las escuelas de vuelo de Estados Unidos por ser negra y mujer. Ni siquiera un aviador estadounidense afroamericano podría entrenarla. Sin embargo, Robert S. Abbott, fundador y editor del Chicago Defender, la alentó a que estudiara en el extranjero. Bessie recibió ayuda económica del banquero Jesse Binga y del Defender, que hizo hincapié en su personalidad extravagante y en su belleza para promover el periódico y su causa.

Francia

Bessie tomó clases de francés en la Escuela Berlitz en Chicago, y el 20 de noviembre de 1920 partió rumbo a París. En Francia, aprendió a volar en un biplano Nieuport Tipo 82, con "un sistema de control que consistía en una barra vertical del grosor de un bate de béisbol delante del piloto y una barra timón bajo los pies del aviador". El 15 de junio de 1921, Bessie se convirtió no sólo en la primera mujer afroamericana en obtener una licencia de aviación internacional por parte de la Fédération Aéronautique Internationale, sino también en la primera afroamericana en el mundo en obtener una licencia de piloto de aviación. Decidida a mejorar sus habilidades, Bessie pasó los dos meses siguientes tomando lecciones de un piloto francés cerca de París, y en septiembre partió rumbo a Nueva York.




Espectáculos aéreos

Bessie se dio cuenta rápidamente que para ganarse la vida como piloto civil (la era de los vuelos comerciales no llegaría hasta por lo menos diez años después) tendría que dedicarse a las exhibiciones aéreas para el entretenimiento y actuar para un público. Sin embargo, para tener éxito en un campo tan competitivo, necesitaba clases avanzadas y un repertorio más extenso. Después de regresar a Chicago, descubrió que nadie estaba dispuesto a enseñarle, por lo que en febrero de 1922 partió nuevamente hacia Europa. Pasó los dos meses siguientes en Francia, donde tomó cursos avanzados de aviación; después visitó los Países Bajos para encontrarse con Anthony Fokker, uno de los diseñadores de aeronaves más distinguidos del mundo. También viajó a Alemania, donde visitó la Corporación Fokker y recibió entrenamiento adicional por parte de uno de los principales pilotos de la compañía. Regresó a los Estados Unidos con la confianza y el entusiasmo que necesitaba para lanzar su carrera en el vuelo de exhibición.
En septiembre de 1921, se convirtió en una sensación de los medios cuando regresó a su país. "Queen Bess" ("La Reina Bess"), como era conocida, fue muy popular durante los cinco años siguientes. Invitada a eventos importantes y entrevistada muy a menudo por los periódicos, era admirada tanto por los afroamericanos como por los blancos. Los aviones que solía volar eran los biplanos Curtiss JN-4 "Jenny" y otras aeronaves de guerra, que habían quedado de la Primera Guerra Mundial. El 22 de febrero de 1922, en Los Ángeles, California, se quebró una pierna y tres costillas cuando su avión se atascó y se estrelló. Hizo su primera aparición en una exhibición de vuelo en los Estados Unidos el 3 de septiembre del mismo año, en un evento organizado para honrar a los veteranos del Regimiento de Infantería número 369, compuesto en su totalidad por afroamericanos, llevado a cabo en Long Island, cerca de la ciudad de Nueva York y patrocinado por su amigo Abbott y por los editores del periódico Chicago Defender. En el espectáculo, Bessie fue presentada como "la aviadora mujer más grande del mundo" e incluyó exhibiciones aéreas de otros ocho pilotos estadounidenses, y un salto en paracaídas de Hubert Julian. Seis semanas más tarde, regresó a Chicago para realizar una demostración de maniobras temerarias, incluyendo figuras, vueltas y vuelos a ras del suelo ante un público entusiasta y numeroso en el Aeródromo Checkerboard (en la actualidad, el Aeropuerto Internacional Midway).




Pese a sus logros, la emoción de las exhibiciones de vuelo y la admiración del público eran solo una parte del sueño de Bessie. Nunca se olvidó de una promesa que se había realizado a sí misma durante la infancia, que era "ser alguien importante". Como aviadora profesional, Bessie sería muy criticada por la prensa por su naturaleza oportunista y el estilo extravagante que demostraba en sus espectáculos aéreos. Sin embargo, ganó rápidamente una reputación como piloto habilidosa y arriesgada que no se detenía ante nada para completar una maniobra peligrosa.
A través de sus contactos en los medios, se le ofreció un papel en un largometraje titulado Shadow and Sunshine, que sería financiado por la African American Seminole Film Producing Company. Aceptó encantada, ya que esperaba que la publicidad la ayudara a avanzar en su carrera y le proporcionara el dinero que necesitaba para establecer su propia escuela de vuelo. Sin embargo, al descubrir que en la primera escena de la película debía aparecer vestida con ropa hecha jirones, con un bastón y una mochila en sus hombros, se negó a continuar. Según Doris Rich, "la decisión de Bessie de abandonar el rodaje fue claramente una cuestión de principios. Aunque era oportunista en lo que respecta a su carrera, nunca fue oportunista en lo que respecta a su raza. No tenía la intención de perpetuar la imagen despectiva que la mayoría de los blancos tenían de los afroamericanos".
Bessie no viviría lo suficiente para cumplir su sueño más grande, que era establecer una escuela para aviadores jóvenes y afroamericanos, pero sus logros como pionera inspiraron a una generación de hombres y mujeres afroamericanos. Según el Teniente William J. Powell, en su libro de 1934 Black Wings, "Gracias a Bessie Coleman hemos invadido lo que era peor que las barreras raciales. Hemos invadido las barreras que existían dentro de nosotros mismos y nos hemos atrevido a soñar". Powell combatió en una unidad segregada durante la Primera Guerra Mundial, y promovió la causa de la aviación afroamericana sin descanso, en su libro, sus periódicos y el Aeroclub Bessie Coleman, que fundó en 1929.

Su licencia de piloto.


Fallecimiento

El 30 de abril de 1926, Bessie, de treinta y cuatro años de edad, se encontraba en Jacksonville, Florida. Había comprado un Curtiss JN-4 (Jenny) hacía poco tiempo en Dallas, Texas y lo había llevado a Jacksonville para prepararse para una exhibición aérea; sus amigos y familia no consideraban seguro el avión y le habían suplicado que no lo volara. Su mecánico y agente publicitario, William Willis, viajaba en el avión con Bessie como copiloto. Bessie no se puso el cinturón de seguridad porque planeaba lanzarse en paracaídas al día siguiente y quería echar un vistazo completo a la cabina para examinar el terreno. Aproximadamente diez minutos después del despegue, el avión no respondió como se esperaba y realizó una barrena, que causó que Bessie saliese disparada de la aeronave a ciento cincuenta metros de distancia, donde golpeó la tierra y falleció al instante. William Wills no logró controlar la aeronave y también falleció tras estrellarse contra la tierra, mientras el avión se prendía fuego. Aunque los escombros que quedaron estaban muy quemados, más tarde se descubrió que una llave que se usaba para reparar el motor se había deslizado dentro de la caja reductora y la había atascado.




Legado y homenajes

El 2 de mayo de 1926 se llevó a cabo su funeral, en Jacksonville, Florida, con la presencia de cinco mil dolientes. Varios de ellos, incluyendo a Ida B. Wells, eran miembros prominentes de la sociedad afroamericana. Tres días más tarde, sus restos llegaron a Orlando, donde miles de personas más asistieron al funeral en la Iglesia Baptista Misionera Monte Zion; su último viaje, el 5 de mayo, fue a Chicago, donde se llevó a cabo un servicio en su memoria en la Iglesia Baptista Peregrina. Aproximadamente diez mil personas pasaron junto al ataúd durante todo el día y toda la noche. Después de sus servicios funerarios, fue sepultada en el Cementerio Lincoln.
Con el paso de los años, fue creciendo el reconocimiento hacia los logros de Bessie. Su impacto en la historia de la aviación, en particular en lo que respecta a los afroamericanos, fue reconocido rápidamente después de su fallecimiento. En 1927, se inauguraron numerosos aeroclubes con su nombre en todo el país; en 1931, en el Día del Trabajador, estos clubes patrocinaron la primera exhibición aérea compuesta solamente por afroamericanos, que atrajo alrededor de quince mil espectadores. Ese mismo año, un grupo de pilotos afroamericanos estableció una tradición anual en la que sobrevolaban la tumba de Bessie, en el Cementerio Lincoln. El nombre de Bessie también comenzó a aparecer en los edificios de Harlem.
En 1989, la Sociedad First Flight incluyó a Bessie en su altar que honra a los individuos y grupos que hayan sido pioneros en algún campo del desarrollo de la aviación.
Una sala de conferencias de la Administración Federal de Aviación, en Washington D.C., tiene el nombre de Coleman. En 1990, el alcalde de Chicago Richard M. Daley renombró la calle Old Mannheim en el Aeropuerto Internacional O'Hare como "Bessie Coleman Drive". En 1992, proclamó el 2 de mayo como el "Día de Bessie Coleman en Chicago".
Mae Jemison, médica y antigua astronauta de la NASA, escribió en el libro Queen Bess: Daredevil Aviator (1993): "Señalo a Bessie Coleman y digo sin dudar que fue una mujer, un ser, que ejemplifica y sirve como modelo para toda la humanidad: fue la definición exacta de la fortaleza, la dignidad, el coraje, la integridad y la belleza. Parece un buen día para volar".
En 1995, fue homenajeada con su imagen en un sello postal en los Estados Unidos, y fue incluida en el Salón de la Fama de las Mujeres en la Aviación. En 1999, el National Women's History Project la designó como recipiente del Women's History Month. En noviembre de año 2000, Bessie fue incluida en el Salón de la Fama de la Aviación de Texas.
El 20 de octubre de 2008 debutó Barnstormer, un musical basado en su vida, en el National Alliance for Musical Theater Festival de Nueva York; el libreto y las letras de las canciones fueron escritos por Cheryl Davis y la música por Douglas Cohen.
El 23 de julio de 2011, en el noventa aniversario de su primer vuelo, fue conmemorada con una lectura de varias partes de algunas de sus biografías en una exhibición de modelos de aeronaves en Miller Field, Staten Island, un antiguo establecimiento de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos.




Una gran mujer, que merece cada homenaje que se haga.

20 de enero de 2017

Tamara Łempicka



Tamara de Lempicka, también conocida como Tamara Łempicka (pronunciado Uempitsca), nacida Maria Gurwik-Górska, fue una pintora polaca que alcanzó la fama en Europa y Estados Unidos con sus retratos y desnudos de gusto Art Déco.

María nació en Varsovia (Polonia), un 16 de mayo de 1898 en el seno de una familia acaudalada. Su padre fue un abogado judío de origen ruso que trabajaba para una comercializadora francesa, llamado Boris Gurwik-Górski, y su madre era Malwina Dekler, una socialité polaca.
Fue la segunda de tres hijos y asistió a un internado en Lausana, Suiza. En 1910 pinta un retrato de su hermana que sería su primer trabajo. María pasó el invierno de 1911 con su abuela en Italia, viaje en el que descubre su pasión por el arte.
En 1912 sus padres se divorciaron y María se mudó a San Petersburgo, Rusia con su tía Stefa, una mujer bien acomodada en la sociedad rusa. Al poco tiempo su madre se casa por segunda vez y ella decide vivir por su propia cuenta. Durante esa época y gracias a los contactos de su tío conoce al abogado polaco Tadeusz Łempicki (1888-1951) en 1916 y contrae nupcias con él, en San Petersburgo llevando una vida lujosa hasta que estalló la Revolución de octubre.
Tadeusz fue encarcelado por los bolcheviques. María tuvo que buscarlo en varias cárceles y con la ayuda del cónsul sueco logró sacarlo de prisión para trasladarse a Copenhague. Posteriormente se mudaron a Londres y finalmente a París, a donde también la familia de María escapó.
En 1923 se establecieron en París donde nació su única hija, Kizette. Tamara ya con un nuevo nombre y en calidad de refugiada tomó clases de pintura con Maurice Denis en la Académie Ranson y con André Lhote en la Academié de la Grande Chaumière, quienes influenciaron en su trabajo. Su estilo, que a menudo se identifica como "cubismo suave", empezó a cobrar popularidad a partir de 1922, año en que empezó a exhibir su trabajo, aunque no aparecía como mujer en los catálogos.
En 1925 presentó su primera exposición en Milán, Italia bajo su propio nombre, apoyada por el Conde Emmanuele Castelbarco. Para ello, Lempicka pintó 28 trabajos nuevos en seis meses, un esfuerzo supremo considerando que cada retrato le tomaba cerca de tres semanas de trabajo.
En 1927, su cuadro Kizette en el balcón la hace acreedora de su primer premio, un diploma de honor en la Exposición Internacional de Burdeos. En 1929 se divorcia de Tadeusz y realiza uno de sus trabajos más famosos Autorretrato en un Bugati verde. Obra en la que Tamara recuerda la trágica muerte de la bailarina estadounidense Isadora Duncan que murió estrangulada en 1927, cuando su largo chal se enreda en una de las ruedas posteriores de su Bugatti.
Ese mismo año conoce al barón húngaro Raoul Kuffner de Diószegh (1886-1961), un coleccionista de su obra con quien viaja a Estados Unidos. En 1933, Tamara acepta casarse con el barón aunque no oculta su orientación bisexual. Al poco tiempo se hace famosa entre la burguesía neoyorquina y expone en varias galerías estadounidenses y europeas. En 1933 viaja temporalmente a Chicago donde trabaja con Willem de Kooning y Georgia O'Keeffe. Y en 1938 se van a vivir a Beverly Hills.
En 1941 Kizette escapa de París (ocupada por los nazis) y se va a vivir con su madre a Estados Unidos donde rehace su vida. 
En 1960, Tamara cambia de estilo, pasándose al abstraccionismo. En 1962 muere su esposo y en 1978 ella decide mudarse a Cuernavaca, México.
El 18 de marzo de 1980, Tamara de Lempicka muere en Cuernavaca (México) mientras dormía. Kizette, complaciendo el sueño de su madre, acompañada del escultor mexicano Víctor Manuel Contreras (heredero de gran cantidad de las obras de la pintora), subió a un helicóptero y arrojó las cenizas de Tamara en el cráter del volcán Popocatépetl.




Obra

Su producción se centra en retratos femeninos y en desnudos de ambos sexos. Siguiendo la tendencia de la pintura art decó, pintaba mujeres etéreas, con ropajes flotantes y dedos largos, si bien dan una impresión férrea y escultural por la pincelada pulida y los marcados contrastes de luces y sombras; son sus mejores ejemplos, junto con los desnudos. Sus influencias principales son Botticelli, Bronzino, el retrato manierista en general, y el Cubismo, pero sin llegar al arte abstracto. Curiosamente, Tamara empleaba este eclecticismo o fusión de estilos antiguos para representar temas actuales, donde las figuras visten ropajes y peinados de última moda.
Aunque las imágenes más populares de su arte son desnudos, también retrató a su hija en varias ocasiones y a personas relacionadas con la burguesía artística de París y Nueva York. También realizó cuadros de flores.
Su estética ha atraído a estrellas del espectáculo como Barbra Streisand, Jack Nicholson y Madonna, de quienes se dice que coleccionaban sus pinturas. 
Madonna se inspiró en esta pintora para su video musical Vogue de 1990. También aparece un cuadro de Tamara en el de Open Your Heart, de la misma cantante. En 1990 Pablo Sodor estrena en Argentina TAMARA (The Living Movie) que recrea de una forma teatral nunca vista para entonces, la visita de la pintora a Il Vittoriale degli Italiani, casa del poeta Gabriele d’Annunzio.








 







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